martes, 13 de abril de 2010

Principios inalterables en la vida real.

La vida me ha dado diferentes lecciones, tal cual os las habrá dado a vosotros, que aqui nadie se salva. Algunas con propina, claro está, y casi siempre bajo la batuta de una indiscreta irónia o sarcasmo que termina por convertirse en la moraleja de un cuento.

Pensaba que de alguna forma prefiero llevar responsabiliades ajenas con sus consiguientes consecuencias. Digo esto porque entiendo que algún masoquista natural debe hacerlo por ética o simple eficacia, o mas bien porque asi debe ser, secuelas incluidas. En caso contrario dudaria del sentido de la existencia del equilibrio que se intenta sostener en este libreto actoral en el que cada uno desarrolamos nuestro propio guion tal cual lo vemos, pero casi nunca tal cual es, lo cual conlleva a sospechosas equivocaciones. Sino pensara así ya hubiera mandado a mucha gente al infierno, por eso cada dia marco bien ese territorio moral.

Aunque luego todo derive en juicio sin juez, en carcel sin crimen, en culpa sin expiacion ni acto vil, aunque unos lleven sonrisa de seda falsa y por ello se lles exima en sus lagrimas de cocodrilo, y a otros se la partan sin entender nada desde actos que nunca son para bien propio, sino para el bien de otros. Pura paradoja criminal, pura vida real con su consiguiente desencanto. Uno no termina por caer en tierras ápaticas sino hay razones que te obliguen al destierro.

El reino de la alegria socava, soslaya la racionalidad, pero tambien extraña del sentido de la justicia, le estriñe, le golpea, pero nunca el del riesgo ante la volubilidad de lo real y lo que es justo, si el de la extrapolacion de la realidad, con el consiguiente abandono a las señales inequivocas de verdad y a sus verdaderas intenciones. No comprendo el querer sin querer, ni el querer por querer, siquiera y menos una entiendo o atiendo el querer lo que no justo, y afligir lo que si lo es hasta derivarlo o distorsonarlo hacia una cadena de autodestruccion masiva que termina por engendrar criaturas nuevas con rasgos muy diferentes a los que tenian antes. Entiendo solo las formas como un algo universal, los matices son solo diferentes puntos de vista, pero apreciar la paridad de las cosas no es algo casual, es algo real y para ello solo hay que tener media vista objetiva, hasta los miopes deberian verlo, pues los ojos del corazon laten ante lo que hace el bien, o asi deberia, y salen corriendo ante el resto, ante la perfidia, ante el interes, ante la manipulacion, ante el egoismo del ser humano, que solo procede por su causa y luego llora insistentemente por culpas propias, nunca ajenas.

Significar esto me llevaría a una explicacion delirante que derivaria en horas, folios, paginas, por lo cual me desentiendo de explicaciones monotonas, borrosas, serian un coñazo, y solo expongo meras sensaciones apaisadas desde la distancia, sorbos de matizacion. El porque no es un factor importante para el lector, sino para el emisor, que es el que suscribe y al único que compete a diario ese tipo de hechos latentes, emociones insistentes como vidrios rotos que pinchan erguidos sobre una lata de conserva podrida por el paso del tiempo, pero que se aferran ya no a mi emocion o a mi capacidad de sentir, sino a mis principios. Y esos, no pueden cambiar , ni mutar . ni morir, solo hacerse mas fuertes, porque son inalterables.